Tapir de Baird (Tapirus bairdii)
Zacatuche o teporingo (Romerolagus diazi)
Quetzal (Pharomachrus mocinno)
Salamandra bolitoglossa robusta
Puma (Puma concolor)
Venado cola blanca centroamericano (Odocoileus virginianus truei)
Chipe rojo (Cardellina rubra)
Zopilote rey (Sarcoramphus papa)
Abies guatemalensis (Pinabete)
Podocarpus guatemalensis
Oreopanax xalapensis
Chiranthodendron pentadactylon (Flor de manita)
Magnolia iltisiana
Cyathea costaricensis (Helecho arborescente)
Tillandsia guatemalensis
Pontederia cordata
1. Factores Naturales
Erupciones volcánicas
Pueden destruir hábitats enteros, cubrir el suelo de ceniza y alterar el clima local. Aunque también regeneran suelos, los impactos inmediatos sobre flora y fauna son severos.
Terremotos y deslizamientos
Frecuentes en zonas montañosas, provocan caídas de árboles, erosión del suelo y desplazamiento de especies o pérdida de hábitat.
Clima extremo de montaña
Heladas, lluvias intensas, vientos fuertes y cambios bruscos de temperatura pueden afectar la supervivencia de especies sensibles.
Inestabilidad del terreno
Pendientes pronunciadas y suelos jóvenes o volcánicos aumentan la susceptibilidad a erosión y derrumbes naturales.
Cambios en los patrones de niebla y precipitación
Afectan la disponibilidad de agua en ecosistemas como los bosques nubosos, fundamentales para especies endémicas.
2. Factores Antrópicos (Humanos)
Deforestación y tala ilegal
Muchas montañas son taladas para cultivos, ganadería o leña, lo que provoca pérdida de cobertura vegetal, erosión del suelo y fragmentación del hábitat.
Expansión agrícola en laderas
El cultivo en zonas de pendiente causa deslizamientos, pérdida de suelo fértil y sedimentación de ríos.
Urbanización y construcción de caminos
Los caminos y asentamientos humanos en zonas montañosas fragmentan los ecosistemas y facilitan la entrada de especies invasoras o cazadores.
Contaminación del agua y suelo
Agroquímicos, basura y aguas residuales afectan las nacientes de agua y el equilibrio ecológico.