Lince canadiense (Lynx canadensis)
Caribú de bosque (Rangifer tarandus caribou)
Oso polar (Ursus maritimus)
Búho nival (Bubo scandiacus)
Águila real (Aquila chrysaetos)
Zorro ártico (Vulpes lagopus)
Pez ártico char (Salvelinus alpinus)
Murciélago orejudo norteño (Myotis septentrionalis)
Pino blanco del este (Pinus strobus)
Abeto balsámico (Abies balsamea)
Cedro blanco del norte (Thuja occidentalis)
Orquídea fantasma (Epipogium aphyllum)
Helecho de los bosques boreales (Dryopteris fragrans)
Musgo de Sphagnum (Sphagnum spp.)
Picea blanca (Picea glauca)
Lirio de los valles del norte (Maianthemum canadense)
1. Factores Naturales
Clima frío extremo:
Inviernos largos y muy fríos, con temperaturas que pueden descender por debajo de -40 °C.
Veranos cortos y frescos, lo que limita el crecimiento vegetal.
Permafrost y suelos pobres:
Gran parte del suelo permanece congelado (permafrost), lo que dificulta el drenaje y limita el crecimiento de raíces profundas.
Los suelos son ácidos y bajos en nutrientes debido a la lenta descomposición orgánica.
Incendios forestales naturales:
Aunque destructivos, son parte del ciclo ecológico de la taiga y ayudan a la regeneración de ciertas especies, como el pino.
Plagas y enfermedades:
Insectos como el escarabajo del pino pueden devastar grandes áreas, especialmente cuando los inviernos no son lo suficientemente fríos como para controlar sus poblaciones.
Cambios climáticos naturales a largo plazo:
Oscilaciones climáticas como las eras glaciares o los ciclos solares pueden alterar la extensión y composición del bosque.
2. Factores Antrópicos (Humanos)
Cambio climático antropogénico:
Aumento de temperaturas y alteraciones en patrones de precipitación afectan el equilibrio del ecosistema.
El derretimiento del permafrost libera gases de efecto invernadero (metano, CO₂), intensificando el calentamiento global.
Explotación forestal (tala):
La tala comercial de coníferas afecta la biodiversidad y la estructura del ecosistema.
A menudo se realiza sin planes de manejo sostenibles.
Extracción de recursos (minería, petróleo, gas):
Provoca fragmentación del hábitat, contaminación del agua y del suelo, y perturbación de la fauna.
Construcción de infraestructura:
Carreteras, oleoductos y asentamientos humanos fragmentan el hábitat y facilitan el acceso a áreas remotas, lo que incrementa la presión humana.
Contaminación atmosférica:
La lluvia ácida, derivada de emisiones industriales, puede acidificar el suelo y dañar la vegetación.