El ecosistema de la Antártida, a pesar de su aparente inhospitalidad, es un conjunto complejo de vida, hábitats y relaciones que se han adaptado a condiciones extremas. Se compone de dos grandes biomas: el terrestre y el marino. El bioma terrestre, aunque limitado en vegetación (principalmente líquenes, musgos y algas), alberga insectos y ácaros. El bioma marino, en cambio, es más diverso y abundante, incluyendo especies como pingüinos, focas, aves marinas y mamíferos. 

Animales en Peligro

Plantas en Peligro

Factores que afectan al ecosistema

1. Factores Naturales

• Cambio climático natural (ciclos climáticos):

Aunque hoy es más acelerado por el ser humano, la Tierra también pasa por ciclos naturales de enfriamiento y calentamiento.
Estos cambios afectan la formación de hielo y la distribución de especies.

• Depredación natural:

Algunas especies están naturalmente amenazadas por depredadores (por ejemplo, los pingüinos por leopardos marinos).

• Eventos extremos naturales:

Tormentas, desprendimientos de hielo y cambios bruscos de temperatura pueden afectar hábitats y ciclos de vida.

 2. Factores Antrópicos (Humanos)

• Cambio climático provocado por el ser humano:

Emisión de gases de efecto invernadero que acelera el derretimiento del hielo marino y altera el ecosistema.

• Pesca industrial:

La sobrepesca del kril antártico, base de la cadena alimenticia, afecta a muchas especies como ballenas, pingüinos y focas.

• Turismo y presencia humana:

El aumento del turismo y las actividades científicas pueden alterar el comportamiento de los animales, contaminar el medio y destruir vegetación frágil.

• Contaminación:

Residuos plásticos, combustibles y sustancias tóxicas transportadas por el aire o el agua llegan incluso a esta zona remota.

• Introducción de especies invasora:

Musgos, insectos o microbios no nativos pueden competir con las especies locales o alterar su entorno.